Algunos hábitos alimentarios inadecuados pueden tener malas consecuencias en los peques, como provocar el desarrollo de trastornos psiquiátricos, según ha demostrado un nuevos estudio de la Universidad de Barcelona (UB) y el Hospital San Joan de Déu, publicado en la revista 'Pediatrics'.

Los investigadores han conseguido relacionar los patrones de alimentación de la dieta mediterránea con un menor diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Para ello, en el proyecto han participado 120 niños y adolescentes, de los cuales la mitad padecía TDAH y el resto era un grupo de control.

Esta investigación "no establece una relación causa-efecto entre patrones alimentarios y TDAH pero puede contribuir a concretar unas estrategias dietéticas específicas que mejoren la calidad de vida tanto de los afectados como de sus familias".

En realidad, se desconoce si la alimentación inadecuada provoca TDAH o si es este trastorno el que lleva a comer un exceso de grasas y azúcares para equilibrar sus rasgos de impulsividad o angustia emocional.

Los investigadores opinan que es un "círculo vicioso" y que la impulsividad de los niños con TDAH lleva a una alimentación inadecuada, por lo que no ingieren los nutrientes que necesitan, lo que empeora sus síntomas. 

El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta al 3,4% de los niños y adolescentes de todo el mundo,  es una de las enfermedades psiquiátricas más comunes en la primera infancia y adolescencia y cuyas consecuencias puede alargarse hasta la edad adulta.