Hay niños a los que no les molesta la salida de un diente o una muela, pero por regla general sí suele doler. Esto se aprecia por los lloros y babeos o cuando muerden todo lo que cae en sus manos.
Antes de que les salga un diente, les pueden salir hematomas en la encía o bien se les inflama y enrojece la zona de erupción de la pieza. Es importante que sepáis que si el peque tiene fiebre, no es por la salida de los dientes, puede deberse a una infección así que es necesario acudir al médico.
En el caso de que el menor sufra dolencias durante la noche y su sueño se vea interrumpido, se le puede dar un analgésico, aunque lo normal es aliviar su dolor mediante mordedores o cualquier elemento, como por ejemplo el chupete, una vez enfriado en la nevera. En ningún momento debemos evitar que el niño deje de morder cosas, pero siempre deben ser objetos que no tengan peligro para él.
Los expertos avisan que los tratamientos para aplicar sobre la encía son muy populares, pero algunos que contienen benzocaína, pueden producir enfermedades en la sangre, por lo que no son recomendables.
Lo que en realidad alivia estas molestias son métodos físicos, como la presión ejercida al aplicar el producto o el frío, entre otros, y en escasas ocasiones ayudarse de analgésicos. Sin embargo, los especialistas desaconsejan ofrecer bebidas muy frías para evitar faringitis.