Aunque es importante estar protegidos de los efectos perjudiciales del sol, como los rayos UVA y UVB, durante todo el año, resguardarse de estos adquiere especial importancia en los meses más calurosos del verano.
Durante esta temporada es vital extremar el cuidado de nuestra piel, primero, para evitar quemaduras a corto plazo, pero, sobre todo, para evitar que aumente el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer de melanoma. Este cáncer de piel, uno de los más agresivos, ocupa alrededor de 6.000 de los casos de cáncer de piel diagnosticados en nuestro país. A esto se le suma un rango de mortalidad muy elevado, casi del 90%.
Si bien, los estudios relacionan la aparición de melanoma con una exposición breve pero intensa a los rayos solares, al menos existen otros dos tipos de cáncer de piel que surgen por una exposición prolongada al bronceado, el carcinoma basocelular (BCC) y el carcinoma de células escamosas (SCC).
Para evitar sufrir cualquiera de estas patologías, los expertos aconsejan seguir una serie de recomendaciones, que pasan por evitar las horas de más sol y extremar la protección de nuestra piel, mediante una correcta extensión del protector o crema solar.
Ningún protector solar es completamente seguro y eficaz contra los daños del sol. Por ello, como aconseja la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, no se debe permanecer bajo el sol demasiado tiempo, aunque se cuente con un producto de Factor de Protección Solar (FPS) alto.
Tampoco es recomendable estar expuestos al sol entre las 12 y las 16 horas, puesto que en este momento se suelen dar las temperaturas más altas de todo el día, y las horas más frecuentes en que se puede sufrir un golpe de calor. En cuanto a los protectores solares, lo más indicado es utilizar uno distinto según el tipo de piel, o la zona del cuerpo sobre la que vaya a extenderse.
Por último, este tipo de productos deben extenderse de forma generosa, aunque el cielo esté nublado, al menos media hora antes de la exposición solar sobre la piel seca. Debemos repetir este proceso aproximadamente cada dos horas, o después de bañarnos. Además, es importante recordar que no deberíamos utilizar los protectores solares de años anteriores, puesto que estos ya no presentarán filtros frescos.