Pasar mucho tiempo sin poder salir de casa puede afectar a nuestra salud. No obstante, esa situación podría empeorar todavía más, si tenemos en cuenta que los cambios de rutina derivados pueden afectar incluso a nuestros ritmos de sueño.
De hecho, estas alteraciones pueden agravarse todavía más con el cambio de hora del 28 al 29 de marzo. Lo recomendable durante el confinamiento es continuar con la misma rutina que seguíamos antes de que se declarase el estado de alarma. Y siempre que sea posible continuar con ese programa.
Además, también se recomienda adaptar nuestros horarios y mantenerlos en la medida de lo posible; tanto para dormir, como para comer o trabajar. Sin embargo, en muchos casos, incluso siguiendo estas recomendaciones, podemos presentar niveles alarmantes de ansiedad o sufrir una depresión.
Esto se debe, como declaran algunos expertos, a que nuestro organismo no puede acostumbrarse tan rápido a los cambios en nuestra rutina diaria, junto a que no estamos tan expuestos a la luz solar. Por ello, muchas personas duermen peor, se despiertan en mitad de la noche, o les cuesta mucho más conciliar el sueño.
Por otro lado, la glándula pineal, encargada de segregar melatonina cuando detecta oscuridad, para informar a nuestro cuerpo de que es de noche, también se ve alterada. Sobre todo, durante estos días en los que aumenta de forma considerable nuestra exposición a la luz de pantallas como los móviles, la televisión o el ordenador.
De esta forma, lo más recomendable sería evitar usar el móvil o cualquiera de los dispositivos mencionados antes de acostarnos por la noche, y nada más levantarnos, dejar el despertador ya programado.
Otros consejos, pasan por realizar ejercicio para mejorar nuestro ánimo, asearnos y vestirnos como si fuéramos a ir a trabajar, e, incluso darnos una ducha o baño caliente antes de ir a dormir.