El estudio, realizado en Finalandia y publicado en la revista Circulation, ha contado con un total de 1.089 participantes de edad comprendida entre los tres y los dieciocho años. Durante el mismo, los investigadores registraron los niveles de ciertos indicadores de riesgo cardiovascular (índice de masa corporal, presión arterial y colesterol) y, mediante un exhaustivo test, la presencia de distintos factores psicosociales favorables.
Veintisiete años más tarde, cuando los participantes se encontraban entre los 30 y los 45 años de edad, los investigadores evaluaron el estado de salud cardiovascular de todos ellos mediante distintos indicadores de riesgo (el índice de masa corporal, la practica de actividad física semanal, el tabaquismo, la dieta equilibrada y los niveles de presión arterial, de colesterol y de glucosa en sangre). Tras el análisis de los resultados se ha observado que una mayor exposición a factores psicosociales positivos se asocia a un 14% más de probabilidades de mantener un índice de masa corporal (IMC) normal, a un 12% más de probabilidades de no ser fumador y a un 11% más de probabilidades de mantener unos niveles de glucosa correctos en la edad adulta.
Además, de los factores psicosociales específicos, un entorno socioeconómico favorable y una mayor capacidad de autorregulación por parte del niño, son los factores que aportan un mayor beneficio a la salud cardiovascular en la edad adulta. El colegio es el lugar para inculcar la importancia de una alimentación cardiosaludableLa Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda que un 60% de los hábitos de vida se adquieren en la infancia y que el trabajo preventivo en edades tempranas es fundamental para lograr reducir el impacto y la gravedad de las enfermedades cardiovasculares.
“Resulta vital hacer énfasis sobre la prevención cardiovascular desde las escuelas”, asegura Leandro Plaza, presidente de la FEC. “Hay que priorizar la importancia de una alimentación cardiosaludable y de la práctica periódica de actividad física para abordar, desde la infancia, problemas de salud como la obesidad y el sedentarismo” explica el doctor.
Y añade: “La adopción de hábitos saludables y los consejos sobre prevención deberían ser tan importantes como cualquier otra asignatura”. El presidente de la Fundación Española del Corazón recuerda que “son muchos los niños y niñas que desayunan y comen en su centro escolar. Por ello, es el momento y el lugar perfecto para inculcar la importancia de una alimentación cardiosaludable, entre otros”. Por ello sugiere que, “estas comidas deberían estar revisadas por nutricionistas, capaces de planificar una dieta sana y equilibrada que inculque a los niños una alimentación correcta y saludable”.
SEGÚN UN ESTUDIO
SEGÚN UN ESTUDIO
Los buenos hábitos de pequeño pueden mejorar un 35% la salud de adulto
Lo que hacemos de pequeños se ve reflejado con el paso de los años. Tanto es así que una investigación concluye que los niños y adolescentes que viven en un entorno emocional y económico favorable durante la infancia tienen un 35% más de probabilidades de tener una buena salud cardiovascular en la edad adulta en comparación con los que han crecido con unos factores menos favorables.
Objetivo Bienestar
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Madrid | 19/02/2015