El director general de SIGRE, Juan Carlos Mampaso, explica que los medicamentos que tenemos en el botiquín de casa caducan, por lo que es necesario revisarlos cada seis meses o cada año, y reciclarlos de la forma correcta. En la actualidad, nueve de cada diez españoles recicla los medicamentos. Para ello, 22.000 farmacias cuentan con los denominados ‘puntos SIGRE’, que son lugares en los que se deben depositar los medicamentos caducados para reciclarlos correctamente. Se trata de un modelo de gestión pionero, que lleva 20 años en marcha, a través del cual los distribuidores farmacéuticos llevan los fármacos caducados al almacén, y de ahí, un gestor de residuos los transporta a la planta destinada para su reciclaje, situada en Tudela de Duero, Valladolid. Los medicamentos deben ser depositados en el punto SIRGE con su envase. Este último también debe reciclarse porque puede tener restos del medicamento en sí, y, además, ayuda a identificar qué tipo de fármaco se está reciclando. En este sentido, los envases se descontaminan y se reciclan, mientras que los medicamentos, tanto líquidos como sólidos, se destruyen; así lo ordenó la OMS al decir que cualquier medicamento procedente de algún paciente ha de ser destruido, debido al riesgo sanitario que conlleva su reutilización. Finalmente, en caso de no reciclar correctamente los medicamentos y tirarlos al wáter, por ejemplo, la depuradora no es capaz de filtrarlos de manera adecuada, y sus principios activos terminan infectando los ríos, lagos, peces o nuestros vasos de agua. Por ello, los medicamentos constituyen ‘contaminantes emergentes’ y es necesario reciclarlos correctamente porque una mala gestión del producto contaminado puede suponer un riesgo para la salud de las personas y para el medio ambiente.