Una Passivhaus está diseñada para ahorrar hasta un 75% de las necesidades de calefacción y refrigeración, dependiendo del tipo de certificación pueden ahorrar hasta un 100%.
Sin radiadores ni aires acondicionados. Solo hay dos máquinas: una para el suelo radiante que se enfría o calienta, según la época del año y la del filtro cuya función es mantener limpio el aire en el interior de la vivienda. El consumo energético es muy bajo y eso se nota en la factura.
No necesitan placas solares. Basta con la forma en que están construidas para consumir menos energía. De momento no son accesibles para todo el mundo. Aunque seas propietario. Pero es verdad que están en expansión por toda Europa: Alemania es el país con más edificios passivhaus.
Estas casas se caracterizan por no tener térmicos, es decir, puntos débiles donde se puede perder la energía: no tienen filtraciones de aire no deseadas entre el interior y el exterior.
Gracias a los espesores de aislamiento térmico, mayores que los indicados por la normativa, se reduce la demanda de energía.
Todas las passivhaus deben estar certificadas.