Del tronco del árbol y sus ramas se pueden sacar astillas, que triturándolas y, después de unos procesos industriales, se puede sacar un tejido.
Es importante que tengamos la garantía que la ropa que compramos viene de un bosque sostenible, que podamos trazar nuestra prenda, desde nuestro armario hasta un bosque bien gestionado.
Hay árboles que se prestan más como las hayas y el eucalipto.
Se trata de fibras vegetales que se convierten en tejidos como tencel, lyocel, modal... Todos tejidos de origen celulósico.
No hay suficiente madera certificada para garantizar ese origen sostenible.
Creemos que las producciones que se están haciendo ahora de textil hay que racionalizarlas e incluir el reciclaje de estos tejidos. Es muy importante la economía circular porque muchas de las materias primas que necesitamos ahora están ya usadas.
No nos podemos conformar con que nos digan que la prenda viene de bosques sostenibles, la garantía de la trazabilidad es que la prenda tenga una etiqueta que garantice que todo el proceso está protegida por una cadena de custodia.
Tenemos ejemplos maravillosos, a parte de lo que podemos encontrar en nuestras tiendas de moda, muchos uniformes de los cuerpos de seguridad o de las brigadas forestales provienen de bosques sostenibles.
Se trata de un proceso con el que se puede crear empleo verde, es decir, aquél que ayudaría a reducir la huella de carbono.
Todo esto exige una red de colaboración, desde la figura forestal hasta el diseñador, que puede elegir comprar una tela u otra. Es muy importante la creación de proximidad.
Cuando alguien toca una tela proveniente del bosque se sorprende por su tacto.
La campaña "Fashions change, Forests stay", dirigida a las grandes marcas para pedir que compren este tipo de tejidos trazados hasta el consumidor final.