Las infraestructuras verdes constituyen espacios naturales o seminaturales cuya función principal es la de albergar especies y hábitats. Sin embargo, también ofrecen servicios ambientales de especial importancia, así como servicios sociales. La ecologista de WWF afirma que estos espacios pueden regular avenidas, filtrar el agua, evitar inundaciones marinas, captar CO2 o aumentar la polinización. Para que las infraestructuras conserven estas áreas en el tiempo, es fundamental conocer cuáles son de mayor importancia. Un buen ejemplo de esto es el parque la Marjal de Alicante, situado en la playa de San Juan. El espacio se ha restaurado a partir de las inundaciones que provocó una Dana en 2019, donde se dieron cuenta de la necesidad de crear un espacio que laminara las avenidas y captara el agua de la lluvia. De este modo, el parque es capaz de acumular 45.000 metros cúbicos de agua pluvial, por lo que proporciona un servicio ambiental basado en reducir el impacto de las inundaciones y ofrecer refugio a especies vegetales y fauna avícola. Además, cumple una función social como parque municipal. Otro ejemplo de infraestructura verde son los pasos de fauna, situados en el Corredor del Cantábrico o el Corredor del Pirineo. Se trata de lugares seminaturales por los que los animales pueden pasar sin ser atropellados, motivo por el que muchos de ellos fallecen, al atravesar territorios con carreteras.