Hace 25 años 1.700 científicos firmaron un llamamiento en el que solicitaban más reservas marinas, fortalecer las leyes contra la caza furtiva y la adopción de energías renovables, entre otras cosas. En esta ocasión destacan problemas como el cambio climático, la extinción de especies o la deforestación. La comunidad científica piensa que vamos por un camino insostenible, que la urgencia de salvar el planeta no es una falsa alarma y que, según sus datos, si seguimos así, las consecuencias a largo plazo pueden ser terribles. Aunque creen que estamos a tiempo de frenar el desastre.