Teresa Gil, responsable del programa de agua de WWF España, nos explica la importancia que tienen los humedales para la naturaleza y para el ser humano. Se trata de ecosistemas que favorecen a la mitigación y adaptación al cambio climático. Esto se debe a que son sumideros de CO2, especialmente si están bien conservados, pero ahí es donde radica el principal problema: ocupan menos del 1% de la tierra y se están perdiendo a un ritmo dos o tres veces mayor que los bosques. Entre los principales beneficios que aportan, está su capacidad para absorber el agua de lluvia y luchar contra las inundaciones, amortiguar la erosión provocada por la subida del nivel del mar o secuestrar carbono. Por el contrario, si los humedales se destruyeran, muchas especies perderían su hábitat, ya sea para reproducirse, encontrar alimento, refugiarse o protegerse. Además, muchos humedales sirven de descanso para miles de aves migratorias entre el norte de Europa y África, por lo que, en caso de no poder repostar, muchas especies no sobrevivirían. Sin agua no hay vida. Sin embargo, este es un recurso escaso muy afectado por el cambio climático. Por todo ello, es necesario luchar por la conservación de humedales como el del Mar Menor o el de Doñana, entre muchos otros que se encuentran en nuestro país.