Bienvenidos a un festival que realmente tiene un compromiso ambiental que es difícil de encontrar en otros festivales, especialmente en España. E"l público de Lanzarote y aquellos que vienen de fuera saben lo que esperar y se esfuerzan para que entre todos podamos ser aún más sostenibles," comenta Neftalí Acosta. El festival se celebra en La Geria, un espacio protegido y singular debido a la uva que crece entre la ceniza volcánica. "Contamos con un servicio de limpieza manual de la arena gruesa o rofe durante todo el festival. El rofe es arena gruesa de origen volcánico. En la edición de 2022 se generaron 0,37 kilogramos de residuos por persona y día, mientras que la media española diaria es de 1.6 kilogramos," añade Acosta.
Miriam Torres, auditora de A Greenee Futuro, subraya la importancia del trabajo en Geoparque Lanzarote y el archipiélago Chinijo: "Trabajamos para proteger y gestionar los recursos geológicos de la isla. El festival reutiliza absolutamente todo, incluso los materiales no reciclables, que están siendo transformados en nuevos materiales a través de un proyecto innovador. La instalación de placas fotovoltaicas permite ahorrar casi 300 kilos de emisiones de CO2 a la atmósfera, y se reutilizan las lonas."
Además, Torres destaca la colaboración de las bandas musicales en la reducción de emisiones: "Muchas bandas buscan reducir sus emisiones en las giras y exigen medidas que antes no existían para ayudar a la huella de carbono y ser más responsables."
Laura Revuelta, integrante de Calequi y Las Panteras, junto con Ale Acosta, enfatiza la conciencia del festival y su ubicación: "Somos muy conscientes de la importancia del festival y del lugar en el que estamos", comentan. Famara, con más de cinco kilómetros de arena rubia, está ubicada dentro del parque natural del archipiélago Chinijo. Este festival ha reducido su aforo para generar menos impacto ambiental. Es crucial encontrar un equilibrio entre el turismo y la preservación de los paisajes naturales.
"Este año hemos vuelto a reducir el aforo, priorizando la calidad sobre la cantidad, y queremos seguir disfrutando del paisaje y de los conciertos," concluye Revuelta. El Festival Sonidos Líquidos demuestra que la música y la naturaleza pueden coexistir armoniosamente, siendo un ejemplo de sostenibilidad y respeto al medioambiente. Este compromiso no solo mejora la experiencia de los asistentes, sino que también asegura la conservación de los hermosos paisajes de Lanzarote para las futuras generaciones.