Este centro cuenta con simuladores atmosféricos únicos en España, que fueron pioneros en utilizar luz natural para sus estudios, una metodología que solo se encuentra en algunos centros de Europa.
Muñoz Cintas explica que los contaminantes por los que debemos preocuparnos varían según la época del año. "Los óxidos de nitrógeno son gases que se emiten durante los procesos de combustión relacionados con el tráfico, y son los responsables del color marrón que vemos en la contaminación," señala. En verano, estos óxidos se transforman en ozono, un contaminante secundario que se forma cuando los contaminantes atmosféricos reaccionan con la radiación solar. "El ozono no se emite directamente como resultado de una actividad concreta. Su formación depende del viento y, en gran medida, de la radiación solar."
El aumento de las temperaturas exacerba este problema. "Con el aumento de la temperatura, se incrementa la emisión de compuestos volátiles de las plantas. Esta mezcla, junto con los contaminantes emitidos por el ser humano, es perjudicial para la atmósfera," comenta Muñoz Cintas. El CEAM colabora con organismos europeos para estudiar las consecuencias futuras de estos contaminantes atmosféricos, tratando de prever y mitigar los efectos negativos en la salud pública y el medio ambiente. "Nuestro trabajo en colaboración con entidades europeas es crucial para entender y abordar los desafíos que los contaminantes atmosféricos representan para el futuro," concluye Muñoz Cintas.
En resumen, el CEAM no solo se dedica a investigar la transformación de los contaminantes, sino que también se centra en entender las dinámicas estacionales de estos y en colaborar internacionalmente para mejorar la calidad del aire y proteger el medio ambiente y la salud de las personas.