"Es fundamental para el clima del planeta porque previene que se caliente más de la cuenta actúa como una especie de reflector de la luz solar, refrigera actuando como especie de aire acondicionado”, explica Elvira Jiménez, responsable de la campaña del Ártico de ‘Greenpeace’. Ecologistas y científicos denuncian que hay industrias y estados que ven con buenos ojos este deshielo.“Intereses del tipo de recursos fundamentalmente petróleo, gas. Se está hablando que hay más de un 30% reservas de estos combustible”, explica Raúl Martín, doctor en Geografía. También interesa que el hielo se derrita porque así el comercio entre Europa y Asia cambiaría la ruta actual a través del canal de Suez, con peaje y 22.000 kilómetros de recorrido, por el llamado paso del norte. Un atajo por el estrecho de Bering y el Ártico, libre de peajes y con 7.000 kilómetros menos de distancia. "Pueden llegar a una zona que antes estaba cubierta por el hielo con el riesgo de vertido que tiene. Se ha estimado que un vertido en el Ártico sería prácticamente inabordable”, explica Elvira. Los cinco países que tienen frontera con el Ártico, se están disputando la zona virgen que queda alrededor del polo norte, una zona sin dueño pero con viejas bases militares de la guerra Fría. “Lo que se están haciendo las grandes potencias como Rusia o Estados Unidos esvolver a retomar todas esas bases militares, no solo desde el punto de vista bélico sino para decir imponer su autoridad”, explica Raúl. Para que ese lugar sea de toda la humanidad, piden crear un santuario en nombre de la ciencia y la conservación.