Al menos 200 osos polares se encontraban en la isla de Wrangel (Rusia) cuando el crucero Akademik Shokalskiy se acercó a la costa.
"Todos estábamos atónitos", cuenta a la AFP Alexandre Gruzdev, director de la reserva natural de la isla Wrangel, en el Extremo Oriente ruso.
Esta situación, aunque para los turistas pueda resultar emocionante, para los expertos supone un gran problema que pone de manifiesto el preocupante deshielo y obliga a los osos polares a pasar más tiempo en tierra firme y hasta puede hacerles acercarse peligrosamente a áreas pobladas por humanos.
De hecho, hace poco, los osos se adentraron en el pueblo de Rurkaipi, de 600 habitantes, y uno de ellos incluso rompió una ventana. El accidente obligó al pueblo a cancelar la escuela, los actos públicos y hacer que las familias permaneciesen en casa hasta que los osos se marchasen.
En 'Hazte Eco' seguimos alertando que el Ártico está desapareciendo y que, entre todos, debemos hacer algo para frenarlo.