Boas, ranas, tortugas y hasta tarántulas, son algunos de los animales exóticos que exporta Nicaragua en un intento por explotar una industria tan rara como las mascotas que vende y que está condicionada por restricciones locales e internacionales.
Nicaragua tuvo en el 2013 una merma del 29 % en sus exportaciones de animales exóticos, que le reportaron 150.000 dólares según el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), que además los primeros cuatro meses de este año las ventas sumaron 55.454 dólares.
La merma en las ventas del sector se deben a las restricciones impuestas por mecanismos como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites), de la que Nicaragua es firmante junto a casi 180 países. A eso se suma que el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) de Nicaragua tampoco permite exportar especies cuya población no haya sido objeto de estudio.
Nicaragua cuenta con un 10 % de la biodiversidad del mundo, y no puede comercializar siete especies de reptiles, ocho de aves y 12 de mamíferos, porque pertenecen al “Apéndice I” de Cites, es decir, que su comercio está prohibido en todo el mundo.
Entre las especies nicaragüenses prohibidas que más se conocen están el lagarto crocodrylus acutus, las tortugas marinas, lapas (guacamayas), tigres, monos, pumas (jaguar), leoncillo, delfines y águilas, todas en peligro de extinción.
Los animales que se pueden vender
La Cites permite a Nicaragua vender, aunque con restricciones, especies como las ranas ojos rojos, gallegos verdes, caracol gigante, y la boa boca constrictor. El país tiene autorización para exportar este año 3.000 boas comunes vivas o 50 en productos elaborados, que pueden ser, entre otros, carteras, zapatos, correas, vestidos y fajas, y siempre que hayan sido criadas en cautiverio.
También podrá comercializar 5.000 iguanas vivas y 50 en productos elaborados, y también 1.500 lagartos caiman crocodilus fuscus en productos elaborados, es decir en carteras, zapatos, correas, vestidos y fajas.
Las divisas que aporta la industria de los animales exóticos a Nicaragua siguen estando entre las menores, y ello explica por qué ahora el país piensa en las tarántulas. Eduardo Lacayo, propietario de la exportadora Exotic Fauna ha declarado que " El mercado de las arañas es bien abierto. Se venden en todos lados del mundo y tienen un buen precio".
Viudas negras, cebras y peludas, son parte de las variedades que Nicaragua está exportando de las especies “lycosidae”. El precio de un ejemplar es relativo, porque si bien una tarántula o araña exótica puede costar decenas y hasta cientos de dólares en una tienda reconocida, los productores pueden ganar uno o dos dólares por espécimen.
A menudo los productores crían diversas especíes, y aque una sola no es rentable, ya que el dinero debe dar para pagar infraestructura, empleados, reproducirlas, alimentarlas, limpiarlas, encontrar compradores y transportarlas. Por eso es que los productores a menudo crían diversas especies, ya que una sola no es rentable.
Exotic Fauna cría cinco especies exóticas para exportar: boas constrictor, ranas ojos verdes, gallegos y dos especies de tortugas, pero sus empleados dedican tiempo a dos especies más, las ratas y los grillos, para alimentar a las dos primeras."Aunque no todas se reproducen y se venden todo el año, el trabajo es permanente", sostuvo la copropietaria de Exotic Fauna, Yesenia Talavera.Esto también se relaciona con que los zoocriaderos deben prever una tasa de mortalidad y otra de liberación, según la legislación nicaragüense.
Nicaragua no vende tantos animales exóticos como Costa Rica y Panamá, pero la esperanza es que la industria nacional al menos se mantenga, así lo ha manifestado el exportador de animales exóticos Ramón Ernesto Medina.