Así concluye un estudio elaborado por la Agencia Internacional de Energía Renovable presentado por la Comisión Europea, una semana antes de que la Unión Europea entre en la fase final de negociación de la legislación sobre energías limpias.
En 2010 las renovables ocupaban un 12,9% del mix energético europeo, una tasa que ha crecido hasta el 16,7% en 2015 y que debería posicionarse en el 20% en 2020, según los objetivos medioambientales marcados por la Unión Europea.
Objetivos factibles y deseables
El Parlamento Europeo quiere fijar la cuota mínima de renovables en, al menos, el 35 % en 2030, muy por encima del mínimo del 27% que piden los Estados miembros y también superior al 30% propuesto por la Comisión Europea.
El estudio de IRENA argumenta que un nivel cercano a las ambiciones de la Eurocámara es factible y deseable, pero requeriría una inversión acumulada de unos 349.362 millones de euros en la próxima década, lo que representaría el 0,3 % de PIB actual de la UE.
Esa agencia intergubernamental recuerda en su informe que las inversiones en renovables en la UE casi se doblaron entre 2007 y 2011, coincidiendo con un período de fuerte crecimiento económico y pasando de 54.000 a 100.000 millones de euros en esos cuatro años, pero entre 2013 y 2016 volvieron a caer hasta los 48.410 millones de euros al año de media.
Beneficios
Los gastos seguirían pesando “menos que los beneficios cuando se tienen en cuenta externalidades” como la mejora del medioambiente y la salud de los ciudadanos pues se reduciría la contaminación del aire, factor al que se le atribuyen anualmente 400.000 muertes prematuras en la UE.
Si se computa el valor económico agregado de los daños sanitarios y medioambientales evitados con una implementación acelerada de renovables se situaría entre los 41.951 y los 107.284 millones de euros al año.
El estudio muestra que sólo en salud los europeos ahorrarían entre 19.000 y 71.000 millones de dólares (entre 15.327 y 57.272 millones de euros) al año, a lo que habría que sumar una horquilla de entre 8.000 y 37.000 millones de dólares (entre 6.453 y 29.846 millones de euros) adicionales al año hasta 2030 en costes medioambientales.
Es decir, un objetivo de renovables de un 34 % en 2030 permitiría ahorrar a la UE entre 41.946 y 107.286 millones de euros en daños ambientales y sanitarios.
Además, el esfuerzo medioambiental se notaría en el empleo en el sector de la energía renovable, que actualmente da trabajo a 1,2 millones de personas en la UE.