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"Solo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y de la primera no estoy seguro", decía Albert Einstein, el científico más conocido del siglo XX. Y cuánta razón tenía.
Una turista búlgara ha provocado la muerte de un cisne blanco en el lago Ohrid, en Macedonia, cuando lo arrastraba hacia ella para intentar fotografiarse con él.
La mujer formaba parte de un grupo más numeroso de viajeros que había recalado en la localidad de Ocrida, al suroeste de Macedonia. La mujer se acercó al cisne, lo sacó del agua, forcejeó con él y cuando consiguió sacar la instantánea con el ave lo dejó en la playa, inerte, según apuntan los testigos que allí se encontraban.
Estas aves son muy tranquilas y están acostumbrados a que nadie les moleste.
Esta es la segunda muerte de un animal provocada directamente por la acción humana. Hace unas semanas, decenas de turistas mataban a una cría de delfín al intentar hacerse selfies con él en Argentina.
También hace unos días, un turista que estaba de vacaciones en Florida, sacaba un pequeño tiburón del agua para fotografiarse con él. Afortunadamente, en este caso el animal no murió, aunque quedó tan desorientado que tuvo dificultades para adentrarse en el mar.
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