La propuesta de Trump ha generado un gran rechazo inmediato porque implica ampliar el territorio sobre el que se pueden llevar a cabo prospecciones con el objetivo de encontrar nuevos yacimientos de estos combustibles fósiles.
La nueva estrategia supone ampliar la subasta de los derechos de perforación sobre el 90% de las costas exteriores del país, según informan los medios locales.
Además, el plan incluye áreas protegidas del Ártico, el Atlántico, el Pacífico y el Golfo de México, lo que conlleva una fuerte oposición por parte de gobernadores, fiscales generales y legisladores estadounidenses.
Ante el nuevo plan, el secretario de Interior Ryan Zinke ha afirmado que con Trump Estados Unidos se posicionará como "la superpotencia más fuerte en energía que el mundo haya conocido nunca".
Por su parte, Investigadores del Centro de Energía Estatal y el Impacto Medioambiental de la Universidad de Nueva York han recordado que líderes estatales de ambos partidos se han opuesto durante años a que se lleven a cabo nuevas exploraciones de petróleo y gas en estas zonas, que ahora permitirá Donald Trump. Además, han agregado que "no hay razón para poner a los magníficos recursos costeros en riesgo de otro desastre medioambiental".