Se trata de tortugas terrestres gigantes, en concreto las segundas más grandes que existen después de las tortugas Galápagos.
Morla y Darwin se trasladarán a principios de marzo a una nueva instalación en el Oceanogràfic de Valencia adecuada a sus necesidades. Se pretende que los dos ejemplares ganen visibilidad dentro del recorrido por el acuario y sean admiradas todo el año.
Consideradas como una especie 'vulnerable' por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UIC), pueden llegar a medir 120 centímetros y superar los 250 kilogramos.
La presencia de estos animales en el Oceanographic tiene un valor no solo a nivel de exhibición sino a nivel educativo, ya que con ellas quedan representadas los tres tipos de tortugas: de tierra, galápago y marinas. Esto permitirá tanto a biólogos como visitantes establecer similitudes y diferencias entre ellas.
No hay conocimiento exacto de cuánto pueden llegar a vivir estas tortugas, pero se trata de un animal muy longevo. El último dato comprobado respecto a su edad fue gracias a Adwita, un ejemplar que vivió en el zoo de Calcuta (India) y murió a los 255 años.
Se trata de una especie endémica del atolón coralino de Aldabra declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera. Se encuentra cerca de las Seychelles y posteriormente ha sido introducida por el ser humano en otras islas como Mauricio, Isla Reunión y Changún.
En cuanto a su conservación, la tortuga de Aldabra apenas tiene depredadores naturales. La población de las islas las respeta y la consideran un animal mítico, al que llaman Reina Malilla.