El proyecto, que ya está operativo, consiste en una barrera formada por un tubo flotante de más de 500 metros de largo, que con su forma de U atrapará los residuos gracias al viento y las olas.
Una vez atrapado, el plástico será recogido y trasladado por barcos a la costa para su posterior reciclaje.
'The Ocean Cleanup' pretende recoger hasta 68.000 kilogramos de plástico durante el primer año de la barrera en el mar y tiene la esperanza de limpiar la mitad de la Gran Mancha de Basura del Pacífico. La conocida mancha es un remolino de residuos situado entre California y Hawaii, un total de 1,8 billones de pedazos de basura dispersa, en las que hay, al menos, 87.000 toneladas de plástico.
La barrera, que tiene un coste de más de 20 millones de dólares, no convence a todo el mundo por el riesgo que puede suponer para la vida marina. De todas formas, las pruebas previas a su puesta en marcha servirán para descartar estos daños.
En los próximos días, se remolcará la barrera hacia un lugar donde se realizarán pruebas durante dos semanas. Si sale todo bien, será trasladada a la mancha de basura, a más de 2.200 kilómetros de la costa, donde estará hasta mediados de octubre.
La barrera cuenta con una red que cuelga cerca de tres metros bajo el mar para recoger los microplásticos. Aunque todavía no está garantizado que su funcionamiento sea el adecuado, ya que en mar abierto se tendrá que enfrentar a vientos fuertes, agua salada corrosiva y otros retos ambientales.
Boyan Stan, un joven holandés de 24 años, es el creador de este proyecto. Cuando tenía 18 años se quedó impactado por la cantidad de residuos que veía cuando buceaba y comenzó a buscar soluciones. Fue entonces cuando creó la Fundación Ocean Cleanup para impulsar este proyecto que inicia ahora.