Durante la temporada reproductora de este año, hasta 35 cachorros de lince ibérico han logrado sobrevivir al destete en los cinco centros de cría de la red ibérica diseñados para este fin. Estos espacios, pertenecientes al Programa de Conservación Ex-situ, y situados entre España y Portugal, han añadido a su red de cría a cuatro parejas de esta especie más que en temporadas anteriores.
De esta forma, se pretendía ampliar el número de cachorros con respecto a las cifras de las tres pasadas temporadas reproductoras, en una proporción que, pese a este aumento, asegurase la buena calidad en la preparación de aquellos que fuesen a ser liberados en el medio natural.
Con estas previsiones, los encargados de los distintos centros de cría en cautividad estimaban una cifra de nuevos ejemplares nacidos de entre 37 y 48 cachorros. No obstante, después de la temporada de destete, de los 50 linces nacidos en 2019, han logrado sobrevivir y salir adelante 35 pequeños, de las 27 parejas en época reproductora.
Estas cifras suponen que, si bien el porcentaje de nacimientos se ha mantenido estable con respecto a años anteriores, ha disminuido la tasa de supervivencia de los cachorros, por lo que su número final es más inferior que en otras temporadas. La principal causa del aumento en la mortalidad de los recién nacidos se debe, como informan los especialistas, al periodo agonístico que deben atravesar los ejemplares más jóvenes de esta especie.
Esta etapa se traduce en una serie de enfrentamientos y peleas muy agresivas entre los propios hermanos de una camada que, este año, ha acabado con la vida de cuatro cachorros de lince.