Sasha dormía en el jardín cuando se percató que había fuego dentro de la vivienda de sus dueños. Comenzó a ladrar, hacer ruido y rasgar la puerta trasera para que se despertaran. Cuando la dueña se dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido, corrió a la habitación de su pequeña, de tan solo siete meses, y allí ya estaba Sasha tirando de su pañal para ponerla a salvo.
Gracias al aviso de la heroica perra están madre e hija sanas y salvas. En cuestión de minutos acudieron los bomberos para apagar el fuego, que solo alcanzó al ático de la construcción.
"Lo que hizo ha significado mucho para mí. Le debo todo", ha explicado la sueña de Sasha. "Si no fuera por ella, yo aún estaría en la cama y las cosas podrían haber sido peor", afirmaba.