Una imagen, publicada por 'The Siberian Times' de este pequeño oso polar en el Ártico nos recuerda por qué no hay que tirar basura y vuelve a reabrir el debate de cómo los desperdicios que tiramos a la naturaleza afectan, gravemente al hábitat y a los animales.
La pequeña cría, de once meses, se encontraba con su madre cuando, tentada, seguramente por el olor de los restos de una lata que se encontraba dentro de un cubo de basura que, parajójicamente, habrían dejado unos trabajadores en la isla de Wrangel para limpiar desechos contaminados, cogió la lata, pensando que sería un alimento, y se quedó atrapada.
El pequeño animal tuvo la lata en su boca durante dos semanas, algo que le perjudicaría a la hora de poder comer.
Afortundamente, los guardabosques de la zona pudieron localizar al osezno y consiguieron liberarle de su condena. Para poder salvarle tuvieron que sedar con dardos tranquilizantes tanto al pequeño oso como a su madre.
Horas más tarde, se pudo ver al oso con su madre, en perfecto estado de salud y disfrutando de la nieve del Ártico.
Casos como este vuelven a poner de manifiesto la urgente necesidad de inisitir en que debemos generar menos residuos y no tirar los desperdicios a la naturaleza ya que además de reducir contaminación y proteger el medio ambiente, muchos accidentes, como este, podrían evitarse.