Hasta el momento, los científicos consideraban que el lince boreal, el primo mayor, del lince ibérico nunca habitó en la Península.

Pero, ahora, un grupo de zoólogos y paleontólogos españoles, basándose en documentos históricos y en algunos restos paleontológicos, defienden que el lince boreal habitaba el norte de España hasta hace poco.

Esta hipótesis se confirma ahora con el análisis de ADN antiguo de restos fósiles hallados en el norte de España junto con dataciones directas por carbono-14 que demuestran ahora que el lince boreal habitó la cornisa cantábrica desde principios del Holoceno (hace más de 11.000 años) hasta hace solo unos siglos.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores del Centro Mixto de la Universidad Complutense y el Instituto de Salud Carlos III sobre Evolución y Comportamiento Humano en Madrid, y la Universidad de Oviedo identificó mediante ADN linces boreales a partir de restos de ocho felinos procedentes de Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra con edades comprendidas entre los 11.000 y los 400 años de antigüedad.

Los datos obtenidos se compararon con los de otros ocho linces (fósiles y actuales) procedentes de Dinamarca. El estudio muestra que este felino tuvo una historia filogenética mucho más compleja en el pasado que la que muestran las poblaciones modernas”, indican los autores.