El trabajo se ha centrado en evaluar tanto la riqueza como la composición de los hongos ectomicorrícicos, un grupo de especies que se encuentran en las raíces de las hayas, y que tienen efectos positivos en el crecimiento y la superveniencia de estos árboles a través de sus interacciones.
El equipo de investigación, formado por investigadores del Basque Centre for Climate Change (BC3)y de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha observado en el bosque que, tras un siglo de recuperación del impacto de la minería, la riqueza de los hongos se ha restablecido. Sin embargo, no pasa lo mismo con su composición, puesto que la identidad de las actuales especies de hongos de las hayas de dentro de la mina no son las mismas que antes, lo cual es consecuencia de la actividad humana.
Según los autores del estudio, este hecho condiciona la recuperación de las interacciones entre especies, lo que es indispensable para la recuperación plena del ecosistema.
Por lo que que, la conclusión más relevante del estudio a nivel científico es que, a pesar de que los bosques templados que llevan más de un siglo sin actividades humanas son capaces de recuperarse en cuanto a la riqueza de especies de hongos ectomicorrícos, hace falta más de 100 años para que ocurra lo mismo con la composición de dichas especies, es decir, con su recuperación total.
Seguro que te interesa...
La madera de los árboles revela el riesgo de mortalidad de los bosques
Los nuevos bosques crecen más rápido pero resisten peor al cambio climático