El estudio publicado por la organización científica internacional ‘Global Carbon Project’ (Oslo) muestra el informe anual de emisiones de dióxido de carbono, cuyas conclusiones han sido debatidas en la Cumbre del Clima de Madrid (COP25), que se celebra del 2 al 13 de diciembre.
Este estudio confirma que el aumento de las emisiones de CO2 de este año se deben al creciente consumo de gas natural y petróleo, a pesar de que el del carbón se ha reducido.
En 2017 las emisiones de dióxido de carbono aumentaron un 1,5%, en 2018 un 2,1%, y aunque en 2019 lo hicieron con menor intensidad, su continuo incremento resulta preocupante.
Para alcanzar los objetivos fijados en el Acuerdo de París, que entrará en vigor a partir de enero de 2020 y exigirá grandes compromisos para mantener la subida de la temperatura del planeta por debajo de los dos grados, habría que reducir como mínimo un 7% cada año las emisiones globales de efecto invernadero.
Por su parte, en la Unión Europea se reducen las emisiones de este gas anualmente y su previsión para 2019 es que continúe con esta tendencia.
El consumo de gas natural como alternativa a la descarbonización de las economías no debería ser la solución definitiva, sino una transición debido a que sus emisiones también contaminan.