Estos datos lo ha publicado el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales, que depende de el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), gracias a los datos provisionales que han aportado las Comunidades Autónomas.
Los datos recabados muestran que, en total, se han producido 6.933 siniestros, por lo que se ha producido un aumento con respeto al año pasado, cuando se produjeron 6.756 casos. Aun así, las hectáreas calcinadas (44.715 ha) que se han producido hasta el ocho de septiembre este año, se corresponden con la mitad de la media de la última década, periodo en el que se han alcanzado 85.402 hectáreas calcinadas.
Los grandes incendios, es decir, aquellos que han afectado a más de 500 ha, que se han producido este año han sido 17, mismo número que en 2023, aunque menor que en la media de los últimos 10 años, que es de 18.
De los 6.933 siniestros, el 50,45 % se produjeron en el noroeste peninsular, en las zonas de Galicia, Asturias, Cantabria y las provincias de León y Zamora; el 27,42 % en comunidades interiores, que abarcan País Vasco y las provincias el resto de comunidades autónomas no costeras, excepto León y Zamora; el 21,56 % en las comunidades autónomas costeras del mar Mediterráneo, incluidas las provincias del interior; y el 0,56 % en Canarias.
El fuego quemó 10.924 ha de superficie arbolada, 24.394 de matorral y monte abierto y 9.396 de pastos y dehesas. Las comunidades interiores son las que más pérdidas sufrieron en cuanto a superficie arbolada y forestal (59,67 % y 43,59 %, respectivamente); seguidas del noroeste peninsular (29,25 % y 39,14 %, respectivamente) y de las del Mediterráneo (11,07 % y 17,23 %).
El peor año en cuanto a incendios forestales sigue siendo 2022, según el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales, perteneciente a la Subdirección General de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación, cuando se quemaron 252.658,61 ha.