Este estudio, realizado por Complexity Science Hub (CSH) y publicado por Nature Sustainability, ha concluido que reducir un 20% las emisiones de CO2 supondría tan solo una pérdida económica del 2%. Estos datos los han obtenido tras aplicar su modelo a datos de Hungría.
Johannes Stangl, del CSH, ha explicado que la transformación hacia una neutralidad climática siempre implica tensiones económicas, ya que desaparecen algunos empleos e industrias, pero a su vez se generan otros. Aunque aclara que no basta con mirar solo las emisiones de dióxido de carbono, ya que en caso de que solo se mirasen esos datos y si solo se tuviera en cuenta reducir las emisiones de CO2 en un 20% . el resultado sería, según el análisis realizado, que los siete mayores emisores del país tendrían que cesar sus operaciones, perdiéndose un 32 % de la producción económica, lo que no sería viable.
La investigación
Los investigadores utilizaron un conjunto de datos de Hungría que incluye casi 250.000 empresas y más de un millón de relaciones con proveedores, lo que prácticamente representa toda la economía húngara. Examinaron cómo sería toda la economía de un país si ciertas empresas se vieran obligadas a dejar de producir en varios escenarios, todos destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 %. En el primero de los casos, solo teniendo en cuenta la reducción de emisiones de CO2, era inviable para la economía con una pérdida del 32% de su producción.
Sin embargo, en el segundo de los casos, los investigadores propusieron un enfoque en dos pasos, basados en dos factores cruciales: las emisiones de CO2 de una empresa y qué riesgos sistémicos lleva asociados, es decir, qué papel desempeña en la red de suministro. Los investigadores de CSH ya habían desarrollado un Índice de Riesgo Sistémico Económico (IRSS), que calcula la pérdida económica que se produciría si una empresa dejara de producir. Con esto los investigadores calcularon una nueva clasificación de empresas con grandes emisiones en relación con su impacto económico, según la nueva clasificación, una reducción de un 20 % de las emisiones de CO2 exigiría el cese de actividad de las 23 primeras empresas de la lista. Sin embargo, esto solo supondría una pérdida de un 2 % de los puestos de trabajo y de un 2 % de la producción económica.