El lugar elegido para esta caza de ballenas es la bahía de Sandavágur en la isla de Vágar, perteneciente a las Islas Feroe, situadas a más de 300 kilómetros al norte de Escocia. Con unos 50.000 habitantes, estas Islas pertenecen a Dinamarca, pero son autónomas y no están sujetas a las leyes de Dinamarca o la Unión Europea.
Este año, esta "celebración" ha despertado una gran polémica por Alastair Ward, un universitario de 22 años que sido testigo de esta tradición y lo ha compartido en el diario Daily Mail, en se asegura que en esta edición los residentes acabaron con las vidas de más de 250 ballenas en tan solo 24 horas, las cuales como ha asegurado el joven "no murieron de una forma especialmente humanitaria".
En teoría, las autoridades de las Islas Feroe establecen que las ballenas deben ser asesinadas rápido y con el menor sufrimiento posible. Sólo podrán realizar la caza aquellos que cuenten con licencia para ello y hayan finalizado un curso específico sobre esta práctica.
Por su parte, el Gobierno de las Islas Feore describe la caza como una parte natural de la vida y niega que los asesinatos son frívolos, porque "la carne y la grasa de las ballenas piloto han sido, y continúan siendo, una parte valiosa de la dieta nacional de los habitantes de las Islas Feroe", según han destacado las autoridades en un comunicado. Cada ballena proporciona a las comunidades cientos de kilos de carne y grasa que, si no se obtuviera de esta manera, tendría que ser importada".