Las poblaciones de lince ibérico continuan su consolidación a lo largo de la Península. Tanto es así, que ya son 475 ejemplares los censados en el año 2016, dentro del proyecto LIFE Iberlince.
Solo en la zona de reinserción de Sierra Morena (Andalucía) se han contado un total de 317 ejemplares, con lo que se ha logrado uno de los principales objetivos del proyecto. Este alto número de linces se ha producido en la zona de Guarrizas y en Andújar-Cardeña.
En otras regiones, como la extremeña del Valle de Matachel (Badajoz) hay un total de 28 ejemplares.
Los resultados del censo todavía son provisionales y es posible que esta tendencia al alza siga registrándose año tras año, a pesar de la enfermedad hemorrágica (EHVb) que está provocando la disminución de los conejos silvestres, principal fuente de alimentación de los linces.
Por ello, en zonas como la de Andújar-Cardeña, donde se contabilizan un total de 197 ejemplares, se han llevado a cabo planes de choque contra esta enfermedad, con la que se ha conseguido recuperar la caída de la población lincera.
En el resto de zonas de reintroducción se han contabilizado 19 ejemplares en Vale do Guadiana (Portugal), 32 en Montes de Toledo y 16 en Sierra Morena Oriental.
Además, el proyecto LIFE+Iberlince está suponiendo una fuente de riqueza para las comunidades de reinserción del lince ibérico, según ha asegurado la Junta de Andalucía. En esta comunidad, el programa ha generado más de 60.000 jornales eventuales y 70 empleos fijos, desde su arranque en 2011.
También se han visto beneficiadas otras zonas en Portugal y en el resto de regiones que participan en el proyecto, lo que está generando la consecución de grandes objetivos y unos impactos económicos positivos.