Actualmente, los plásticos son un elemento "básico" del día a día y en los últimos 50 años se ha utilizado cada vez más como embalaje, debido a su bajo coste, durabilidad y maleabilidad.
La preocupación por la contaminación terrestre causada por los plásticos y los vertederos cada vez es mayor, al igual que cada vez se presta más atención a la contaminación de los océanos y a los microplásticos, según el estudio 'Rethinking single use plastics. Responding to a sea change in consumer behavior'.
En 2018, el Gobierno ha decidido dejar de importar el 50% de los residuos de plástico y papel del mundo. Ha sido el principal importador de basura plástica, con un consumo anual de ocho millones de toneladas de plástico. Por ello, ha habido un colapso en el precio de varios materiales plásticos recuperados y un exceso de oferta acumulada en los puertos occidentales.
Esto ha causado que los gobiernos nacionales y locales lancen sus propias prohibiciones de plásticos. Reino Unido es líder en la prevención de residuos de plásticos con prohibiciones propuestas de utensilios de plástico, pajitas y bastoncillos de algodón.
Por su parte, la Unión Europea indica que cuando se implante su Directiva de Residuos en 2030, los cambios podrían tener un coste para las empresas de más de tres millones de euros al año.
En el lado opuesto, se encuentra la industria plástica que no se ha quedado de brazos cruzados. Las empresas químicas están adaptando sus productos y prácticas hacia estrategias con mayor conciencia ambiental. Así, su objetivo es crear productos más ligeros, inversiones en empresas de reciclado de plástico, mejora de los sistemas de reciclaje y la creación de polímeros bio.
Como resultado, se ha creado al menos una capacidad de producción de un millón de toneladas de plásticos biodegradables y, con la legislación apropiada, los incentivos económicos podrían permitir el desarrollo de capacidades de productos de alto coste de acuerdo con la preocupación medioambiental actual.
El plástico se encuentra en un proceso de mayor regulación. Mientras tanto, otros materiales como el metal, el vidrio o el papel están ganando protagonismo y recuperar cuota de mercado.
Por último, el estudio de Citi GPS observa que existe cierto potencial de que el empaquetado de productos se convierta en el foco de actuación. En muchos casos, todavía existe desconocimiento por parte de los consumidores. Sin embargo, otros materiales pueden ofrecer mejores condiciones de reciclabilidad que el alto coste del reciclaje de plástico.