¿Se puede plantar un bosque en medio del mar?, se trata de una idea bastante peculiar ya que los árboles necesitan agua dulce para sobrevivir.
La idea original nació de Jorge Bakker, que en 2011 creó 'En búsqueda del hábito', una obra de arte que contenía varios árboles en miniatura que flotaban en un tanque de agua y buscaba que los habitantes de las ciudades reflexionaran sobre su relación con la naturaleza.
Cuando Jeroen Everaert lo vió le parecio precioso y decició que sería una gran idea crearlo a escala real. Así, en 2012 se puso manos a la obra para levantar el primer bosque flotante de la historia en Rotterdam.
Holanda es un país que, durante décadas, ha hecho del control de las mareas un arte. Buena parte de su territorio se encuentra bajo el nivel del mar y el Plan Delta, una gigantesca obra de ingeniería levantada a base de diques y esclusas que protege al país de inundaciones en temporadas de tormentas.
Pero pronto surgieron dos problemas, ¿qué tipo de árbol podría sobrevivir a este experimento? y ¿qué soportes podrían aguantar el peso de los árboles y flotar al mismo tiempo?
Así, decidieron que el olmo era un árbol perfecto para aguantar el agua salada y se sustituyeron las boyas de acero, que llevaban 20 años en el mar del Norte, por otras sintéticas, dejando las primeras disponibles para el 'bosque flotante'.
Cada una de estas boyas tiene debajo un tanque con una capacidad de 600 litros que serán rellenados cada tres meses para que los árboles puedan tener el agua dulce que necesitan.
El 'bosque flotante' es una obra artística que pretende que sus ciudadanos seanconscientes que cada nuevo árbol nos aporta oxígeno y reduce la cantidad de CO2 que emitimos a la atmósfera.
La previsión de los organizadores es que los árboles estén cinco años en el puerto de Rotterdam y puede, que en un futuro, este 'bosque flotante' trascienda los límites del arte y se convierta en un plan que estudiar de cara a reducir las consecuencias del cambio climático.