La presidenta de la protectora Parque Animal, en Torremolinos (Málaga) está acusada de un delito continuado de maltrato animal e intrusismo profesional, así como un delito continuado de falsedad en documento oficial por un particular.
El escrito del fiscal destaca que se realizaban sacrificos masivos, sin control veterinario de ninguna clase, administrando la acusada de su propia mano los productos eutanásicos por vía disntinta a la intravenosa (como viene prescrito) y sin sedación previa.
De esta forma, sometía a los animales a una lenta y dolorosa agonía, totalmente injustificada, ya que "se retorcían de dolor a su vista durante horas", según destaca el escrito.
Estas "auténticas sesiones de exterminio" se realizaban sobre animales sanos, jóvenes en muchas de las ocasiones, algunos de ellos entregados en el centro tan solo días (incluso horas) antes y sin que hubiese causa que justificase su muerte, salvo la falta de espacio y la prioridad que la acusada le daba a sus fines privados, según la acusación pública.
Para llevar a cabo estas exterminaciones masivas y programadas, preferentemente a primeras horas de la mañana, se desconectaban las cámaras de seguridad del centro y se conectaba la música a la megafonía del centro.
"Conscientes los acusados del gran alboroto que producían los alaridos de los animales al sacrificarlos de un modo tan inhumano y para evitar que quedara testimonio de dicho acto", se subraya en el escrito acusatorio.