El experimento, contó con dos fases en las que participaron diferentes perros con sus dueños.
En la primera pidieron a los dueños que abrieran un contenedor y que, a continuación, pidieran ayuda a dos investigadores, uno les ayudaba y el otro no hacía nada. Al terminar, ofrecieron a los perros comida pero los animales no mostraron ninguna preferencia, por lo que esta parte no tuvo el éxito esperado.
En la segunda fase hicieron lo mismo, pero esta vez, uno de los investigadores en vez de no hacer nada negó la ayuda al dueño. Finalmente, los animales optaron por el investigador que ayudó a su dueño a levantar el contendedor, mostrando así que estos animales perciben el tipo de comportamiento que tienen las personas.