La capa de hielo de Groenlandia aporta de media unos 0,75 milímetros de aumento del nivel del mar, de los 3,5 milímetros anuales de aumento medio entre 2005 y 2017.
Para cuantificar la pérdida de masa de hielo de la zona, un equipo de investigadores usó datos de 2013 a 2019, procedentes de las misiones espaciales GRACE (Experimento Climático y de Recuperación de la Gravedad) y GRACE-FO.
Los datos recabados indicaron que solo en julio de 2019 se registró una pérdida de la capa de hielo de Groenlandia de unas 223 gigatoneladas y en conjunto, el año pasado se perdieron 532. Un descenso sin precedentes desde 1948.
Este récord rompe la tendencia de los dos años previos, cuando la pérdida de hielo fue un 58% menos que el promedio de los últimos cinco años.
Los investigadores consideran que ese menor nivel se debe a dos veranos anormalmente fríos en el oeste de Groenlandia y a la cantidad de nevadas registradas en la zona en otoño e invierno.
Sin embargo, en el verano de 2019 las condiciones cambiaron con el dominio de un anticiclón sobre la capa de hielo y el avance de masas de aire cálido hacia el noroeste de Groenlandia, lo que tuvo como resultado menos nevadas.
A pesar de la menor pérdida de hielo registrada en 2017 y 2018, el rápido deshielo de 2019 indica que la capa de Groenlandia ha permanecido en una trayectoria de creciente pérdida de masa desde los años 90 como respuesta al calentamiento del Ártico.