Los peces también sienten al igual que los seres humanos. La capacidad que se necesita para reaccionar ante los estímulos puede tener una base neurológica más simple de lo que se creía y puede ser que se haya conservado a lo largo de la evolución animal.
En los seres humanos es muy fácil saber si sienten ya que lo hacen de manera consciente y además pueden verbalizarlo. Sin embargo, en los animales no se sabe cómo comprobar si realmente sienten emociones o no. Una emoción es más que eso, implica cambios de conducta, fisiológicos, neurológicos y genéticos por lo que se pueden hacer pruebas para determinar si la respuesta está vinculada a un estado emocional.
Este no es el primer proyecto que sugiere y confirma que algunos animales sienten, aunque todavía se desconoce si lo hacen de manera consciente o no. Por eso, investigadores de la Universidad de Algarve, el Instituto Universitario (ISPA), el Instituto Gulbenkian de Ciencia (IGC) y Champalimaud Research han investigado si los peces que son animales "más simples" y menos parecidos a los humanos responden ante los estímulos de su entorno con emociones.
Para el estudio, algunos besugos fueron sometidos a condiciones favorables o adversas que podían generar un estado emocional. Contrario a lo que los investigadores esperaban encontrar, observaron que los peces contestaron de manera diferente. Las reacciones fueron analizadas a través de la interacción o las conductas de escape entre los peces, analizando los niveles de cortisol –una hormona del estrés- y las áreas del cerebro que se activaron y que están vinculadas con los estados emocionales.