Desde las 5.30 horas (4.30 horas GMT), un centenar de controles policiales vigilaba que los vehículos con matrícula par no entraban en la capital francesa, donde unos 750 agentes amenazaban con multas de 22 euros a quiénes no respeten esa consigna.

La circulación alterna, que afecta a París y a 22 localidades se decidió tras comprobar sus altos índices de contaminación, pero no es la primera vez que se toma una medida como esta y es que París ya vivió algo similar  en 1997 y, más recientemente, el 17 de marzo de 2014.

Los vehículos eléctricos, híbridos, de gas o aquellos que lleven al menos tres personas están excluidos de la medida, que ha tenido como efecto secundario una reducción del número de atascos en la ciudad.

Además también podrán circular los vehículos de reparto, los de transporte público, los taxis y los de autoescuela. También podrán usar sus coches los operarios de maquinaria de construcción, de limpieza, de periódicos, correos, comerciales y conductores de autobús o metro para poder llegar a sus puestos de trabajo, informa la prensa francesa.

Tampoco se aplica la restricción a los vehículos con matrícula extranjera. Incumplir la norma conlleva multas de entre 22 y 75 euros, además de la inmovilización del vehículo. La iniciativa contempla además que el transporte público sea gratuito durante el fin de semana y el lunes.