Una oso panda de un zoológico de la ciudad china de Kunming se ha recuperado de la depresión gracias a una televisión que colocaron los cuidadores y que le alivió de la soledad que sentía, según informa el diario “China Daily”.
La osa, llamada Sijia, de casi ocho años de edad, comenzó a mostrar un extraño comportamiento hace unos 20 días, cuando otra panda que vivía con ella desde hace más de un lustro, Meiqian, fue trasladada por el zoológico a la reserva natural de la que procedía.
“Comenzó a ignorar a los cuidadores y no hacía caso a la comida, ni siquiera a los bollos, su alimento favorito”, relató al diario uno de los responsables del cuidado de Sijia, Wang Guanqin.
Sijia, de 115 kilos, apenas se movía de una zona del recinto ante la decepción de los visitantes que no podían ver al único panda que actualmente tiene el zoo.
Ante este panorama, los responsables el zoo decidieron seguir las sugerencias de algunos visitantes y colocar en el recinto de “Sijia” una gran pantalla de televisión plana donde se mostraban durante horas imágenes de otros osos panda.
Desde el primer momento, “Sijia” se sintió atraída por la pantalla y empezó a recuperar sus seis comidas diarias. Además, el pasado fin de semana salió de su encierro voluntario y se mostró sin timidez ante los turistas.
Sijia, Meiqian y una tercera osa panda, Qianqian, llegaron al zoo de Kunming en 2008, poco después de que la reserva de la que son originarias resultara afectada por el mortífero terremoto de mayo de aquel año, y que motivó que algunos animales fueran trasladados a otras zonas de China para que se recuperaran del trauma.
Qianqian regresó en 2012 a la reserva, en la provincia central china de Sichuan (hábitat natural de los pandas) y Meiqian le siguió el pasado marzo, con el fin de que ambas intentaran aparearse con machos.
El oso panda es uno de los mamíferos en mayor peligro de extinción del planeta y un símbolo nacional de China, el único país del mundo donde hay ejemplares en libertad.
Actualmente viven unos 1.600 ejemplares de la especie en estado salvaje, a los que hay que añadir otros 210 en cautividad en reservas y zoológicos de ciudades chinas y de otros países, entre ellas Madrid, Edimburgo (Reino Unido), Beauval (Francia), Washington y Adelaida (Australia).