En el informe anual de la OMM, que se publica una semana antes del inicio de la la Cumbre Mundial del Clima de Madrid (COP25), el organismo dependiente de la ONU indicó que la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) llegó a las 407.8 partes por millón en 2018, un 0.56% más que en 2017.
Esta cifra es equivalente al 147% de la registrada en niveles preindustriales y a una subida anual superior a la media en los últimos 10 años, según los datos de las observaciones de la Red de Vigilancia de la Atmósfera Global, quien tiene estaciones en el Ártico, islas tropicales y zonas montañosas.
El metano (CH4) es el segundo gas causante del calentamiento global y alcanzó las 1.86 partes millón, otro máximo histórico que muestra niveles superiores al doble (256%) de los de la era preindustrial. Su incremento fue mayor que el observado en el mismo periodo entre los años 2016 y el 2017, y que la media del último decenio.
Otro de los gases que provoca el calentamiento global es el óxido nitroso (N20), el cual proviene de fuentes naturales y de fuentes antropógenas como los suelos, la quema de biomasa, los fertilizantes y de algunos procesos industriales. Además, este gas contribuye a la destrucción de la capa de ozono estratosférico que nos protege de los rayos ultravioleta nocivos al Sol. Su concentración fue de 331,1 partes por mil millones, lo que equivale al 123% de los niveles preindustriales.
Las consecuencias de estas elevadas emisiones de gases de efecto invernadero son el aumento de las temperaturas, la subida del nivel del mar, la alteración de los ecosistemas marinos y terrestres, fenómenos meteorológicos más extremos y un mayor estrés hídrico.
El secretario general de la organización, Petteri Taalas, recordó este lunes que la última vez que se dieron emisiones de CO2 tan altas fue hace entre tres y cinco millones de años, cuando la temperatura era entre dos y tres grados más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.
Por ello, en el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), publicado este martes, se insiste que las emisiones de CO2 deben caer un 7.6% desde 2020 a 2030 para tener la posibilidad de que en el planeta solo eleven 1.5 grados la temperatura.
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