La retirada oficial del segundo país más contaminante del mundo se ha producido en un momento de incertidumbre sobre quién tendrá a partir de enero las llaves de la Casa Blanca; y el candidato demócrata, Joe Biden, ha prometido que si gana devolverá a EE.UU. a ese pacto para combatir la crisis climática alcanzado en 2015.
Ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado han anunciado formalmente la retirada, pero estaba previsto que al llegar la medianoche del miércoles se cumpliera el plazo para romper con el acuerdo, que Trump puso en marcha el 1 de junio de 2017, menos de cinco meses después de llegar al poder.
Entonces, el presidente estadounidense prometió que abandonaría ese acuerdo firmado por casi 200 países, al argumentar que ponía en “permanente desventaja” a la economía y los trabajadores estadounidenses.
Sin embargo, el punto 28 del Acuerdo de París indicaba que cualquier país que hubiera ratificado el acuerdo, como es el caso de EE.UU., solamente podía solicitar su salida tres años después de su entrada en vigor, es decir, este 4 de noviembre de 2019.
Una vez hecha formalmente esa petición, tenía que pasar otro año para que la salida del acuerdo fuera efectiva, por lo que quedó marcado en el calendario que Estados Unidos se desvincularía del pacto este 4 de noviembre de 2020.
Desde que llegó al poder, Trump ha retirado a EE.UU. de varios pactos y foros multilaterales, entre ellos el acuerdo nuclear con Irán, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El pasado julio inició, además, el proceso para retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero esa medida no se hará efectiva hasta julio de 2021 y Biden ha prometido anularla si gana estas elecciones.
El candidato demócrata también ha asegurado que, si llega a la Casa Blanca, no solo volverá a integrar a EE.UU. en el Acuerdo de París, sino que presionará a otros países para que asuman compromisos más ambiciosos en la lucha contra el calentamiento global.