Para comprobar la exposición real de los ciudadanos de Madrid a la contaminación, unos investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han creado un nuevo método de análisis que se centra en el uso de los dispositivos móviles.
A través de las señales que se envían a la red cada vez que una persona se conecta a Internet, es posible identificar, de forma completamente anónima, la posición geográfica de una persona. Este proceso, conocido como ‘call detail records’ (CDR), permite analizar los patrones de movilidad de miles de personas. Esto ha servido a los autores de la investigación para desarrollar un nuevo método que permite descubrir la incidencia de la polución aérea en las personas, con una precisión mucho mayor.
Una vez obtenidos los datos de movilidad, los investigadores han procedido a compararlos con las cifras de calidad del aire de la ciudad de Madrid; lo que ha permitido observar los niveles de dióxido de nitrógeno a los que están expuestos los ciudadanos de la capital española.
Los resultados del estudio han demostrado que, aunque los datos obtenidos a nivel global no difieren demasiado con las cifras aportadas tras comparar la calidad del aire respirado con el censo de la población, sí ofrecen discrepancias relevantes a nivel local.
Como informan los investigadores, esta situación alerta de la “necesidad de incorporar patrones de movilidad en las evaluaciones de exposición de la población, a nivel de distrito o de barrio”. Por otra parte, los autores del estudio también han recalcado que al clasificar “la presencia de población por tipo de actividad y por desplazamientos, se podrá determinar una mejor evaluación del impacto de la contaminación del aire que respiramos”.