Entre 2009 y 2014, 760 delfines cazados por los pescadores de la costa de Taiji fueron vendidos, de los cuales más de la mitad fueron adquiridos por acuarios y zoológicos de China (216), Ucrania (36), Corea del Sur (35) y Rusia (15), según datos que ha compilado la agencia de noticias Kyodo.
La práctica ha sido especialmente criticada por su crueldad desde el estreno de “The Cove”, ganador en 2009 del Oscar a mejor documental. Este film desvela el método que usa el mayor proveedor de delfines del mundo, a través del que varias embarcaciones crean un muro de sonido que empuja a los animales de una bahía. Una parte de ellos es seleccionada para vender y el resto es arponeado con el fin de destinarlo al consumo alimentario en Japón.
Las críticas internacionales llevaron a la asociación japonesa de acuarios y zoos a prohibir a sus miembros que compren delfines de Taiji. El órgano tomó la decisión después de que la asociación mundial de este tipo de instalaciones (WAZA) amenazara con expulsar a la asociación japonesa de entre sus miembros.
En cualquier caso, las ventas de delfines de Taiji podrían verse reducidas si deciden seguir adelante con la prohibición de comprar estos ejemplares, y la práctica en sí podría verse amenazada. La venta de delfines es lo que realmente sustenta la pesca de estos cetáceos en Taiji. Se cree que un ejemplar vivo puede superar los cien mil euros, mientras que los destinados al consumo son vendidos por un precio que rondaría los 500 euros.