La Sociedad de Ecología Americana advierte que los cambios en la climatología a nivel mundial pueden empujar a los depredadores a desplazarse hasta encontrar de nuevo sus "zonas de comfort climatológico", un movimiento que podría tener efectos "en cadena" en el ecosistema que abandonan.
Las migraciones de los depredadores
Esto se debea que los depredadores son animales que subsisten cazando otros organismos y, por ello, regulan de "forma directa e indirecta" los efectos que otros animales de la cadena alimentaria tienen en el ecosistema, en el proceso conocido como "cascada trófica".
Han destacado el "caso dramático" de las nutrias marinas, "diezmadas" por el comercio de pieles desde finales del siglo XVIII hasta alcanzar los cerca de 106.000 ejemplares a nivel mundial en la actualidad. Ahora, según ha alertado, se enfrentan a la "amenaza adicional" del cambio climático.
La entidad explica que existen dos especies de nutria marina en Estados Unidos, la del norte y la del sur, que habitan en bosques de algas submarinas como las laminariales o el sargazo. En ellos, asegura, esta especie juega un "papel fundamental" al ayudar con sus hábitos alimenticios a mantenerlos en un estado "diverso y estable", lo cual es "positivo" no sólo para el resto de especies marinas que dependen de este hábitat sino también para el ser humano, que se "beneficia" del poder de absorción de carbono de estos ecosistemas.
La fisionomía de la nutria marina, al no contar con la capa de grasa de la que disponen otros mamíferos marinos, depende exclusivamente de la ingesta de en torno al 25% de su peso corporal al día para mantener su temperatura corporal. Esta circunstancia convierte a este mamífero en depredador de especies como el abulón, almejas, cangrejos, mejillones, gambas y erizos de mar. La nutria es de los "pocos capaces" de penetrar el armazón exterior de esta última especie y evitar así que sus números "desborden" los bosques de algas y terminen devastándolos.
Este análisis del impacto de las nutrias marinas en los bosques de algas submarinas podría, ser utilizado como la base de futuras predicciones sobre cómo el cambio climático afecta a la cadena trófica en un ecosistema marino.