Se trata de los "microdespertares", producidos en su mayoría por "estímulos acústicos que provocan en el cerebro el fenómeno denominado arousal, que significa alertamiento y que hace pasar de una fase profunda del sueño a otra más superficial" en la que no se descansa, afirma el Doctor Eduard Estivill.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que sólo el ruido derivado del tráfico en Europa causa el 1,8% de los ataques cardíacos, además de provocar uno de cada cien casos de hipertensión, enfermedad que causa la muerte del 13% de la población mundial.
La legislación establece que 25 decibelios es el máximo de ruido nocturno procedente del exterior permitido en el dormitorio de cualquier ciudadano. Sin embargo, la contaminación acústica motiva unas 500 quejas anuales ante el Defensor del Pueblo.
Para el Presidente de Juristas contra el Ruido, Joaquín José Herrera del Rey, "falta claridad en las normas y es necesaria menos tecnificación en las mismas", y ha calificado la normativa "deshumanizada".
Los antecedentes de la legislación en ruido, según un informe de la OMS, parten ya de la antigua Roma: los carruajes, al tener ruedas de hierro que golpeaban contra las calzadas pavimentadas, habían de someterse ya a una normativa para asegurar el descanso de los romanos.
Si se sumase el tiempo de vida que pierde cada ciudadano europeo debido al ruido ambiental se alcanzaría la cifra de un millón y medio de años,.
De ese millón y medio, 900.000 se deben a problemas para el descanso, por lo que cobra un especial sentido que la Asociación de Juristas contra el Ruido premie este año a un reconocido terapeuta del sueño, el doctor Eduard Estivill.
El doctor señala que el ruido ambiental es el contaminante que más le preocupa: con esta contaminación acústica "el cuerpo puede entrar en sueño pero sin pasar del sueño superficial" y afirma que "lo peor es el ruido intermitente, como un coche al pasar".
Esto significa que quien sufre estos ruidos puede no ser consciente de despertarse, pero "es la causa más frecuente de falta de descanso en las grandes ciudades". Añade, sin embargo, que "depende de la sensibilidad acústica y también se sabe que el cerebro es selectivo frente a distintos estímulos".
El ruido se convierte en algo "selectivo" cuando, por ejemplo, se produce el ronquido de una pareja, que ronda los 50 decibelios y que dobla el nivel de ruido recomendado en un dormitorio.
El doctor Estivill cita los trastornos metabólicos y en la regeneración de la piel, así como los déficit inmunitarios como algunos de los males físicos que pueden derivar de un descanso inadecuado, a parte de los que el ruido causa en si mismo.
Ante esto, el presidente de Juristas contra el Ruido aconseja: "No descarte en vender su piso si ve que su salud física y mental se deteriora".