El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha publicado este viernes un informe con indicadores de la calidad del aire durante el estado de alarma, que muestra una mejora en los niveles de calidad del aire de las ciudades, especialmente en cuanto a los de dióxido de nitrógeno (NO2).
Para realizar el informe, se analizaron los datos de las estaciones urbanas o suburbanas de los municipios que cuentan con más de 200.000 habitantes, en función del comportamiento que habían seguido los dos contaminantes con mayor incidencia en la salud humana, el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión inferiores a 10 micras (PM10), ambos relacionados con la combustión de los procesos industriales y el tráfico.
La evolución de las concentraciones medias mensuales de NO2 en las estaciones de tráfico muestra una bajada muy acusada en marzo de este año, llegando a su valor mínimo histórico en abril de 2020 con 12 µg/m3, muy por debajo del anterior mínimo, registrado en agosto de 2019 con 21 µg/m3.
En lo referido a los niveles semanales de NO2, desde enero de 2020 han bajado una media de un 57% la reducción máxima semanal en todos los municipios analizados, alcanzando el 80% en Alicante, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Vigo y Vitoria-Gasteitz. Mientras que este año en comparación con otros anteriores, la reducción es de un 38%.
Por otro lado, los niveles de partículas PM10 han presentado una evolución más heterogénea, debido posiblemente a que sus niveles se pueden ver influidos por episodios de fuentes naturales, como el polvo subsahariano.
Por ello, la reducción no ha sido tan acusada y el mayor porcentaje de disminución no se registra durante una semana en concreto, sino que depende de cada ciudad. Por ejemplo, se han llegado a alcanzar reducciones por encima del 70% durante el estado de alarma en Córdoba, Granada, Sevilla, Valencia y las Palmas de Gran Canarias.
Estos resultados invitan a reflexionar acerca de cómo avanzar hacia un nuevo paradigma de movilidad que permita reducir la congestión, contaminación, emisiones de gases de efecto invernadero y los ruidos de las ciudades españolas.