María Díaz Aguado, experta en psicología, ha señalado que el tiempo que un niño pase con una mascota es enriquecedor para él, pues tienen la oportunidad de jugar, conectar y educar a otro ser vivo.
Un animal en casa les ayudará a desarrollar áreas como la empatía y la conciencia ecológica, les servirá de apoyo en el proceso de maduración y les hará adquirir un compromiso.
Otra de las ventajas que puede aportar estos fieles compañeros es la del papel social que tienen, que puede servir de puente entre un niño más tímido y el resto de compañeros. Por ello, la relación entre niños y mascotas ha servido para el tratamiento de ciertos problemas como los de aquellos que tienen dificultados con el contacto físico o falta de empatía.
Por ejemplo, a los niños con problemas relacionados con el autismo les resulta más fácil interactuar con perros o caballos y se ha demostrado que estos animales mitigan la tristeza, fomentan el juego y la diversión.
Pero también son beneficiosos para la salud física de los peques. Los animales movilizan a los niños a realizar numerosas actividades y así abandonar la vida sedentaria.
Los expertos recuerdan que a pesar de todo hay que pensar bien antes de tomar la decisión de adoptar una mascota y tener en cuenta los cuidados que va a necesitar.