Dos grupos de gacelas, formados por sesenta animales cada uno, han sido enviados a dos lugares de los que habían desaparecido por la caza incontrolada: Errachidia y Assa, zonas presaharianas cercanas a la frontera con Argelia.

La operación, financiada por la Fundación catarí de investigaciones ecológicas, consistirá en dejar a las gacelas en condiciones de aclimatación durante un tiempo para recoger datos sanitarios y genéticos, antes de su suelta definitiva.

Algunos de estos animales van a ser equipados con aparatos GPS para poder tener un seguimiento constante de sus movimientos y acciones.

El Alto Comisariado tiene una estrategia nacional establecida con siete especies de ungulados salvajes de las familias de las gacelas y los muflones, animales cuya caza es una tradición muy seguida entre los árabes.