Las luces de led se han convertido en la iluminación principal de la mayor parte de las casas. Pero, a pesar de sus excelentes prestaciones, existe una necesidad de reducir el coste de su producción y de sustituir sus componentes por otros de fácil reciclaje.
Por este motivo, los científicos están buscando nuevos materiales más naturales, abundantes y fácil de reciclar para crear bio-led a partir de proteínas luminiscentes.
Los investigadores llevan a cabo varios prototipos de este bio-led a través de la bacteria Escherichia coli (E.coli), el mejor químico que existe para producir proteínas luminiscentes durante 24 horas al día y con un coste muy bajo.
Para crecer y conservar su funcionalidad, las proteínas deben que contar con una determinada estructura que, a su vez, necesita agua, pero el agua es el peor medio para hacer tecnología de iluminación, por esto, los científicos han aislado las proteínas y han logrado sustituir el agua por una goma de dos polímetros capaz de mantener la estructura y, por tanto, la funcionalidad de las proteínas luminiscentes.
Así, se sustituyen los componentes del led actual, con la integración de este material elástico que ha permitido desarrollar el primer bio-led de luz blanca que tiene unas prestaciones similares al led normal. Además, el equipo afirma que podrían ser entre un 10 y un 15% más baratos y más ecológicos que estos al sustituir componentes escasos como el itrio o el cerio, por otros que se pueden crear en el laboratorio.
Este bio-led tiene más ventajas: la calidad de la luz es la adecuada para todo el día, y no solo para trabajar y mantenerse despierto, como en el caso de las bombillas led actuales.
Los primeros resultados ya se han hecho notar, y ahora han conseguido aumentar la vida útil de las bombillas por encima de las 150 horas, aunque el objetivo es que se superen las 50.000 horas que duran muchas led de hoy.
Este tipo de bombillas no solo son para uso doméstico, sino que pueden servir para coches, pantallas de ordenadores o alumbrado callejero.