Así consta en la publicación del censo de lince ibérico, correspondiente a 2023, un informe que coordina el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que refleja la tendencia ascendente positiva de los últimos años. En 2020 se superó el millar de ejemplares, concretamente 1.111. El censo demuestra que el trabajo conjunto de todos los actores implicados en su conservación está dando sus frutos y acerca a esta especie a los objetivos de alcanzar las 750 hembras y entre 3.000 y 3.500 ejemplares para considerar al lince de forma definitiva una especie fuera de peligro, según WWF. El censo, elaborado por Transición Ecológica a partir de los datos proporcionados por las diferentes comunidades autónomas españolas con presencia de la especie y por organizaciones colaboradoras, revela que en 2023 se censaron 2.021 ejemplares, repartidos entre España (1.730 individuos, el 85,6% del total) y Portugal (291, 14,4%). Todos ellos se registraron en 14 núcleos de reproducción, de los cuales 13 están ubicados en España (cuatro en Andalucía, tres en Castilla-La Mancha y seis en Extremadura) y uno en Portugal.
“Trabajo colaborativo”
Andalucía concentra la mayor población, con 755 individuos (un 37,4% del total), por delante de Castilla-La Mancha, con 715 (35,4%), y Extremadura, con 253 (12,5%). En Murcia se ha comenzado a introducir la especie, aunque todavía no tiene una presencia tan destacable y se censaron 7 ejemplares. “Son datos que nos alegran, ya que demuestran que el trabajo colaborativo que llevamos realizando más de 20 años, junto con otras organizaciones, da sus frutos y acerca al lince ibérico a los objetivos para considerar la especie como fuera de peligro”, según Ramón Pérez de Ayala, experto en lince ibérico de WWF España. Sin embargo, Pérez de Ayala indicó que “existen amenazas y desafíos a los que la especie sigue enfrentándose”.
“A pesar del crecimiento poblacional de lince ibérico, nos preocupa especialmente el descenso de la población de conejo de monte, que ha decrecido un 70% en los 10 últimos años y supone el principal alimento de los linces. Por otro lado, el furtivismo, la caza ilegal y los atropellos siguen poniendo en riesgo la supervivencia de la especie”, subrayó. En cuanto a los objetivos fijados por WWF para considerar la especie fuera de peligro, el número de hembras ha crecido un 23% en el último año hasta alcanzar 406 ejemplares.
Amenazas
Por otro lado, la especie sigue expuesta a una serie de amenazas que ponen en riesgo su supervivencia, principalmente los atropellos, la caza ilegal y el furtivismo. En total, en 2023 fueron registradas 189 muertes de lince ibérico, de las cuales un 76,2% (144 linces) fueron causadas por atropellos. Por otro lado, el seguimiento de la especie permite detectar nuevos desafíos como el decrecimiento de la población de conejo de monte -principal presa del lince ibérico- en un 70% en los últimos 10 años. De hecho, WWF destacó que el conejo de monte se encuentra actualmente en la categoría de peligro de extinción y “está desapareciendo prácticamente de todo el territorio, a excepción de zonas agrícolas de Castilla-La Mancha, Aragón y Andalucía”. Otro reto para la conservación del lince ibérico es la creación de nuevas poblaciones para garantizar el crecimiento del número de hembras y alcanzar el objetivo de al menos 750.